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EL ESCARABAJO PELOTERO UN FERTILIZADOR NATURAL

LOS escarabajos están en todas partes por millones y en gran variedad. Pero, surge una pregunta ¿qué insecto tiene una historia más interesante e insólita que el escarabajo, o específicamente el escarabajo pelotero?

En el antiguo Egipto esta criatura se movía en lo más alto de la sociedad, y en latín lleva el nombre de Scarabaeus sacer o “escarabajo sagrado.” Para los egipcios era el símbolo del renacer y de la vida eterna.

Su bola o pelota de estiércol se comparaba al Sol. De los cuernos, o protuberancias puntiagudas, en la parte anterior del cuerpo se decía que representaban los rayos del Sol divinizado, mientras que sus 30 segmentos se consideraban como la representación de los 30 días del mes. Así que en Egipto se creía que el escarabajo era sagrado para el Sol. Hasta se le ha encontrado momificado. En el Museo Británico hay una figura colosal, en granito, de un escarabajo, probablemente procedente de Heliópolis.

El escarabajo también se ve frecuentemente en las antiguas pinturas y esculturas egipcias, y abunda en la forma de sellos y broches. Muchos de éstos llevan inscritos nombres de personajes de la realeza y suministran información acerca de las antiguas dinastías egipcias.

Una dieta insólita

Los escarabeidos, o la familia de los escarabajos peloteros, es una familia muy grande, en la que hay, según se dice, más de 20.000 especies, y éstas se encuentran en la mayor parte del mundo. Como lo sugiere el nombre que se le da en inglés al escarabajo pelotero, “dung beetle” (escarabajo del estiércol), su principal fuente de alimento es el estiércol. En África del Sur se alimenta de las deyecciones del ganado, ovejas, caballos y otros animales. Como lo expresa un dicho: “¡Veneno de uno, comida de otro!”

El escarabajo tiene la cabeza en forma de montículo, con la boca y el hocico apuntando hacia abajo. Sus mandíbulas son duras y callosas, y tiene antenas que terminan en forma de paleta o de abanico de tres o más segmentos aplanados que se doblan unos sobre otros. Cuando olfatea en busca de su alimento, el escarabajo extiende completamente estas antenas articuladas, y huele la brisa para asegurarse de la dirección. Entonces se apresura a comenzar a trabajar.

El cuerpo del escarabajo está bien adaptado a su extraordinario trabajo. Es un cuerpo corto y redondeado, con cubiertas cortas y correosas sobre las alas. Tiene seis patas; las delanteras son cortas y extremadamente fuertes y sirven para cavar, el par del medio son más largas y robustas, y las traseras son ligeramente curvas... éstas son las que agarran la bola de estiércol.

Después de hallar un depósito de estiércol fresco, el escarabajo comienza a trabajar. Trabaja duro y rápido. En poco tiempo hace una bola del tamaño de una canica, entonces la agranda hasta casi el tamaño de una manzana, en el caso de algunas especies, y luego la hace rodar con las patas traseras a un lugar donde el suelo sea blando. Luego cava un hoyo en el cual esconde su bola como depósito de alimento. Puesto que el excremento puede portar enfermedades y parásitos perjudiciales y atrae a las moscas, nuestro humilde amigo hace un trabajo de incalculable valor al limpiar el terreno. Además, muchos de esos depósitos de estiércol no se usan, pero sí fertilizan la tierra. Por eso, nuestro pequeño amigo es un “fertilizador profesional.”

En Australia las especies locales de escarabajos peloteros han necesitado ayuda. Antes de que llegaran los colonizadores europeos haciendo turismo, que trajeron ganado y ovejas, estos escarabajos peloteros siempre se habían alimentado de las deyecciones de los canguros. No están equipados para deshacerse de los depósitos masivos de millones de cabezas de ganado. Por lo tanto se importaron de África del Sur diferentes especies de escarabajos peloteros y éstos han ayudado a limpiar el estiércol de vaca.

Aunque al escarabajo pelotero ya no se le asocia con la “alta sociedad” de “dioses” y la realeza, continúa con su humilde oficio verdaderamente útil para el cual fue diseñado.